Bajo las ramas de este olivo
duerme hoy mi cuerpo,
bajo la protecci�n de este
�rbol.
Entre llantos amargos aqu�
me desped� de ella,
que marchaba para volver dentro
de una semana.
En aceite de oliva ba�ar�
mi cuerpo, entre olivos
volver� a so�ar.
Si tan solo tuviese entre
mis manos ese aceite,
dejar�a que por mero hecho
fuese un camino que me llevase
hacia los olivares.
El viento desnuda sus ramas
y se deshace de su fruto,
que cae al suelo para poder
ser recogido y hacer el aceite
que comemos con el d�a a d�a.