Federico
García Lorca (1898-1936)
Arbolé,
arbolé
- Arbolé, arbolé
- seco y verdé.
- La niña del bello
rostro
- está cogiendo
aceituna.
- El viento, galán de
torres,
- la prende por la
cintura.
- Pasaron cuatro jinetes
- sobre jacas andaluzas
- con trajes de azul y
verde,
- con largas capas
oscuras.
- "Vente a
Córdoba, muchacha."
- La niña no los
escucha.
- Pasaron tres
torerillos
- delgaditos de cintura.
- "Vente a Sevilla,
muchacha."
- La niña no los
escucha.
- Cuando la tarde se
puso
- morada, con luz
difusa,
- pasó un joven que
llevaba
- rosas y mirtos de
luna.
- "Vente a Granada,
muchacha."
- Y la niña no lo
escucha.
- La niña del bello
rostro
- sigue cogiendo
aceituna
- con el brazo gris del
viento
- ceñido por la
cintura.
- Arbolé, arbolé
- seco y verdé.
Paisaje
- El campo
- de olivos
- se abre y se cierra
- como un abanico.
- Sobre el olivar
- hay un cielo hundido
- y una lluvia oscura
- de luceros fríos.
- Tiembla junco y
penumbra
- a la orilla del río.
- Se riza el aire gris.
- Los olivos,
- están cargados
- de gritos.
- Una bandada
- de pájaros cautivos,
- que mueven sus
larguísimas
- colas en lo sombrío.
Baladilla
de los tres ríos
- El río Guadalquivir
- va entre naranjos y
olivos,
- Los dos ríos de
Granada
- bajan de la nieve al
trigo.
- ¡Ay, amor
- que se fue y no vino!
- El río Guadalquivir
- tiene las barbas
granates.
- Los dos ríos de
Granada,
- uno llanto y otro
sangre.
- ¡Ay, amor
- que se fue por el
aire!
- Para los barcos de
vela
- Sevilla tiene un
camino;
- por el agua de Granada
- sólo reman los
suspiros.
- ¡Ay, amor
- que se fue y no vino!
- Guadalquivir, alta
torre
- y viento en los
naranjales,
- Dauro y Genil,
torrecillas
- muertas sobre los
estanques.
- ¡Ay, amor
- que se fue por el
aire!
- ¡Quién dirá que el
agua lleva
- un fuego fátuo de
gritos!
- ¡Ay, amor
- que se fue y no vino!
- Llevo azahar, lleva
olivas,
- Andalucía, a tus
mares,
- ¡Ay, amor
- que se fue por el
aire!
Dos
baladas amarillas
- 1
En lo alto de aquel monte
hay un arbolillo verde.
Pastor que vas,
pastor que vienes.
Olivares soñolientos
bajan al llano caliente.
Pastor que vas,
pastor que vienes.
Ni ovejas blancas ni perro
ni cayado ni amor tienes.
Pastor que vas.
Como una sombra de oro
en el trigal te disuelves.
Pastor que vienes.
2
La tierra estaba
amarilla.
Orillo, orillo,
pastorcillo.
Ni luna blanca
ni estrella lucían,
Orillo, orillo,
pastorcillo.
Vendimiadora morena
corta el llanto de la viña.
Orillo, orillo,
pastorcillo.
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