Historia
Las ruinas de la antigua
ciudad de Segóbriga se levantan en el lugar conocido
como Cabeza de Griego, en el término municipal de Saelices,
al suroeste de la provincia de Cuenca.
En este lugar, se estableció un importante asentamiento celtibérico,
que llegó a emitir moneda.
Sin embargo, el auge de la ciudad se produjo en la época romana.
Debido, por un lado, a una fuerte actividad agraria (producción de
trigo y carne); por otro, a la explotación de su cantera y, por
último, a su situación en un cruce de calzadas (Carthago Nova a
Complutum, Segontia y Toletum). Su riqueza ha quedado bien reflejada en
grandes monumentos: teatro, anfiteatro y termas.
Tras la decadencia de siglos posteriores, Segóbriga fue sede episcopal
en la época visigoda, de la que ha quedado la
basílica y la necrópolis.
La irrupción de los árabes en esta zona mermó aún
más lo que quedaba de la antigua ciudad romana.
Posteriormente formó parte de la Orden de Santiago, lo
que acentuó su progresiva ruina, pues buena parte de sus materiales
fueron utilizados en la construcción del Monasterio de Uclés.

Museo de Segóbriga
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